Investigación, academia y empresa

Abstract

En la actualidad, frente a un mundo dinámico, de continuo avance tecnológico, de globalización, de crecimiento exponencial de la población, de economías cambiantes y de búsqueda incesante de desarrollo, es común encontrar al investigador, al docente y al empresario, enfocados en sus labores cotidianas, en busca de soluciones inmediatas para alcanzar sus objetivos. Por esta razón, en muchas ocasiones, en el afán de cumplir con sus compromisos, cada uno de estos actores de la sociedad, trabaja de forma independiente y desarticulada. El investigador se dedica a la búsqueda de nuevo conocimiento, escribe artículos científicos y presenta ponencias en eventos reconocidos; el docente por su parte, prepara su clase basado en los conocimientos adquiridos en la universidad, diseña instrumentos de evaluación y califica a sus estudiantes; y el empresario, busca satisfacer las necesidades de sus clientes, crea nuevos productos y servicios sin valor agregado, está pendiente de la competencia y preocupado por alcanzar la utilidad económica esperada en su organización. Actuando de esta manera, solo es posible obtener valioso conocimiento reposando en las bases de datos científicas, clases magistrales desactualizadas, estudiantes con pensamiento pasivo y empresas sin innovación, con productos y servicios que no suplen las necesidades reales de la sociedad y desalineados con las tendencias mundiales. Para comprender mejor la relación estrecha que debe existir entre la investigación, la academia y la empresa, será necesario en primer lugar, hablar de la importancia de cada una en el desarrollo de la sociedad.